viernes, 8 de septiembre de 2017

Jim Carrey y la honestidad subversiva


Jim Carrey y la honestidad subversiva

El actor presenta un “psicótico” documental sobre el rodaje de ‘Man on the Moon’



ÁLEX VICENTE
Venecia 7 SEP 2017 - 16:47 COT

En lugar de abandonar su personaje cada vez que volvía a su casa, Jim Carrey se quedó a vivir en él. Corría el año 1999. Durante los meses que duró el rodaje de Man on the Moon, el actor decidió conducir un experimento: seguir interpretando al cómico Andy Kaufman, sobre el que versaba esta película de Milos Forman, incluso cuando las cámaras se apagaban. Y tuvo la idea de llamar a Lynne Margulies, pareja sentimental de Kaufman hasta que este falleció en 1984, para pedirle que documentara el proceso con su cámara. Ese iba a ser el making of de la película.

El resultado había permanecido inédito. A los estudios Universal, la broma no les hizo ninguna gracia, por lo que impidieron que las imágenes circularan. “Les daba miedo que me hicieran quedar como un capullo”, ha dicho Carrey en Venecia. “Pero lo entiendo, porque tenían una inversión que proteger”, añade el intérprete. No deja claro si se refiere a la película o a sí mismo. Después de todo, por aquel entonces, era el actor mejor pagado de Hollywood y algo parecido a la gallina de los huevos de oro. Las imágenes grabadas por Margulies se pueden descubrir ahora en un fascinante documental, titulado Jim and Andy: The Great Beyond, estrenado en la Mostra de Venecia fuera de competición.

Producido por Spike Jonze, el proyecto permite descubrir la esencia interpretativa de Carrey, mucho más compleja de lo que sus histriónicos proyectos de los noventa dejaban intuir. “Nunca escogí las cosas al azar o para tener una excusa para hacer muecas”, explica el intérprete. “Por ejemplo, Ace Ventura respondía a mi voluntad de destruir Hollywood. Me quería reír del galán, de ese tipo que tiene todas las respuestas, como un cruce entre Sherlock Holmes y Clint Eastwood”. Para Carrey, hay algo subversivo en sus proyectos, incluso en los más inocuos. “No hace falta ir demasiado lejos. Solo hay que llegar a un punto de honestidad. La honestidad es subversiva”.

A ratos, el viaje de Man on the Moon resultó “psicótico”. Pero aquella experiencia no se distingue en exceso de la del resto de los mortales. “Esa es la realidad de cualquier persona”, dice. Para el actor, todos interpretamos un personaje. Lo que llamamos identidad no es más que “el ancla de un barco que no existe”. “Nos pasamos la vida buscando ese tipo de anclas en cosas como la herencia o la nacionalidad. La verdad es que tú no existes. No somos nada y es un jodido alivio que sea así”, asegura el actor. En él se distingue, tal vez más que nunca, a un digno heredero del fallecido Jerry Lewis. “Tengo un mister Hyde que aparece cuando la gente me mira. Pero es un Hyde bueno, que solo quiere que los demás se diviertan”, dice en el documental. Al final, con la máscara ya por los suelos, Carrey concluye con estas palabras: “No quiero nada. Es de locos decir esto en Estados Unidos, pero no tengo ninguna ambición”. Más subversivo, imposible.

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