viernes, 4 de agosto de 2017

Juego de tronos / Personajes que no nos explicamos cómo siguen vivos





PERSONAJES DE ‘JUEGO DE TRONOS’ QUE NO NOS EXPLICAMOS CÓMO SIGUEN VIVOS

En un mundo de traiciones sangrientas, la bondad de algunos les ha permitido seguir en pie. Pero su suerte puede cambiar


Si eres un personaje de 'Juego de tronos' es probable que vayas a morir. No de viejo, ni a causa de un accidente: vas a morir traicionado por un aliado y de la forma más sangrienta y cruel. En los Siete Reinos no existe la justicia poética, de manera que ser buena persona no te garantiza acabar bien. Nadie va a recompensarte, nadie va a decir "Jon Snow es muy amigo de sus amigos" porque a nadie le importa que seas buena persona. Por eso hay que admirar a estos 14 personajes, que llevan seis temporadas deambulando por una sociedad podrida y se mantienen con vida. A veces parece que estos 14 trozos de pan sólo existen para que los malos, por contraste, resulten aún más malos, porque en 'Juego de tronos' la bondad es tan perversa como las posturas sexuales: los buenos no lo son porque hagan cosas buenas, sino porque no hacen cosas horribles. Son buenos por defecto. Su mayor mérito es haber llegado vivos hasta la séptima temporada (que se estrena el lunes 17 a las 3 de la madrugada en HBO y Movistar), pero su bondad hace que necesitemos un final feliz para ellos. Los hemos colocado como un 'ranking': 'del menos bueno de los buenos al más bueno de los buenos'. 'Spoiler': es probable que la mayoría no lleguen al episodio final.






9. La menos buena de los buenos: Daenerys Targaryen Por qué es buena. Porque alguien tenía que serlo en esa familia de psicópatas. Los Targaryen la liaron tanto que las consecuencias de su locura han dado para seis temporadas y una séptima partida en dos tandas. Daenerys ha ido acumulando títulos, soltando discursos en los que habla de sí misma en tercera persona y atravesando fuegos que ella misma había iniciado para impresionar a sus súbditos conforme le cogía el gusto a gobernar para el pueblo, pero sin contar con él. Al fin y al cabo ella es la heredera legítima al Trono de Hierro.
Por qué merece acabar bien. 
Daenerys empezaba su andadura siendo vejada por su hermano y va a acabar sobrevolando los Siete Reinos a lomos de sus dragones y chamuscando a todo el que se interponga en su camino al grito de "¡dracarys!". Ella se lo merece, y nosotros nos merecemos verlo.



8. Davos Seaworth Por qué es bueno. Su humanidad no tiene cabida en este universo y, sin embargo, lleva cinco temporadas librándose de la muerte, del mismo modo que no entiende la guerra y ha sido nombrado caballero a pesar de sus orígenes humildes. Ser Davos es lo más cercano a la bondad (tal y como la entendemos los espectadores) que existe en los Siete Reinos.

Por qué merece acabar bien. 
Porque su amistad con Shireen, la hija de Stannis Baratheon, es quizá lo único bonito que ha habido en 'Juego de tronos'. Y, por supuesto, acabó de la peor forma posible: con ella sacrificada en una pira de fuego por su propio padre. Ser Davos culpa a Melissandre, porque antes que honrado es un poco machista, y alcanzará su venganza en esta vida (la primera tanda de 7 episodios) o en la otra (la segunda, con 6 episodios que se emitirá en 2018). Nadie va a querer perdérselo.



7. Arya Stark Por qué es buena. Porque es una niña, o al menos lo fue durante nueve episodios. Arya se ha convertido en una máquina vengativa que aprendió a hacer listas de asesinatos pendientes antes que a hacer la lista de la compra: Cersei, Ilyn, Melisandre... Esta lista de muerte se le iba acumulando, pero Arya tiene mucha paciencia y muy poco que perder.
Por qué merece acabar bien.
Técnicamente ha dejado de ser buena, pero el público sigue estando de su parte. La felicidad de Arya reside en las pequeñas victorias: matar a un soldado que presumía de haber colaborado en la carnicería de la Boda Roja, servirle a Walder Frey un pastel hecho con la carne de sus propios hijos y, por encima de todos, recuperar por fin su identidad. Tras demasiados años fingiendo ser otras personas, exclama "mi nombre es Arya Stark, quiero que lo sepas".



6. Sansa Stark Por qué es buena. Porque mientras la mayoría de personajes se mueven por instinto y con un solo objetivo, Sansa ha tenido que evolucionar, sobrevivir a abusos de todo tipo y atravesar una depresión mientras huía sin parar. Empezó como una niñata caprichosa que ansiaba largarse de Invernalia y vivir aventuras. Y aventuras ha vivido, pero ninguna buena. Su prometido Joffrey la humilló sistemáticamente, mientras su futura suegra Cersei le aconsejaba que "cuantas más personas ames, más débil serás". Sansa se aferró a este mantra, se alió con todo tipo de escoria (Meñique, Hediondo) y regresó a Invernalia al encuentro de su hermano Jon Nieve. Le han arrancado su inocencia y su dignidad, pero a cambio se ha convertido en la mujer más fuerte de los Siete Reinos.
Por qué se merece acabar bien. 
El público, desde el siglo XXI, conecta con la valentía áspera de Sansa y verla sonreír al final de la sexta temporada mientras Jon era proclamado rey del norte ha sido quizá el único momento genuinamente entrañable de toda la serie. Sansa Stark es la mayor víctima de la serie, que ya es decir, y lo más parecido al Atlético de Madrid que hay en 'Juego de tronos'. Está por ver si es el de la temporada 95-96 (el doblete) o el de la 99-2000 (el descenso).





5. Missandei Por qué es buena. Su sensibilidad y su sentido de la justicia permanecen inalterables incluso cuando Daenerys se distrae con su arrogancia, sus dragones y su Dario Nahaaris.
Por qué merece acabar bien. 
Se mantiene al lado de Daenerys cuando no tendría por qué. Ella no ha elegido formar parte del gobierno de Meereen, donde llegó como intérprete, pero demuestra su valor político al aconsejar a la Khaleesi con mucha más templanza y pragmatismo que los que demuestran el resto de personajes cegados por el rencor y la ambición.




4. Bran Stark Por qué es bueno. El matrimonio Ned y Catelyn Stark tenía una intuición nefasta para ver venir las traiciones, pero fueron grandes padres para sus cinco hijos y medio (Jon Snow, el bastardo). Desde que Jaime Lannister le empujó por la ventana en el primer episodio de la serie, dejándole paralítico, el pobre Bran no ha dejado de ser empujado por la vida, por la magia y por Hodor de un lado para otro.
Por qué merece acabar bien. 
El séquito que acompañaba a Bran ha ido muriendo, uno tras otro, y necesitamos que esas bajas sirvan para algo. Básicamente, porque si no el paso de Bran por la serie (y los tediosos minutos que su trama ha consumido) habría sido en vano.




3. Gilly Por qué es buena. Sometida sexualmente por su propio padre, Gilly huye con su hijo-hermano y básicamente se pasa toda la serie escondiéndose de asedios. Ella vio el valor y la dignidad de Samwell Tarly incluso antes que los espectadores.
Por qué merece acabar bien. 
Durante una cena con la familia Tarly, Gilly es humillada por el patriarca. Cualquiera que haya sufrido una cena conflictiva con sus suegros reconoce el mérito de Gilly al quedarse ahí sentada por respeto a Samwell. Bien por ella.




2. Jon Snow Por qué es bueno. Es el único personaje de la serie con alma. El único que es bueno por elección, y no por sus circunstancias, y Kit Harrington es el actor mejor pagado del reparto (2,3 millones de euros por episodio). El público ha depositado todas sus (pocas) esperanzas en Jon, un bastardo que desde que se alista en la Guardia de la Noche ha afrontado todas las responsabilidades que le han ido cargando con templanza, justicia y honestidad, a veces a costa de su propio placer. La mayor honradez de Jon quizá sea su obstinación por no discriminar a ningún colectivo, porque aunque su no-novia Ygritte insistiese en que "no sabes nada, Jon Nieve", sí que sabe una cosa: lo doloroso que es vivir marginado.
Por qué merece acabar bien. 
Porque ha rechazado demasiadas oportunidades para dejarse corromper. Que haya llegado a la séptima temporada con la conciencia tranquila tiene tanto mérito que si Jon Snow fuese político en nuestro mundo ganaría las elecciones por mayoría absoluta en cualquier país. Así de buena persona es.




1. El más bueno de los buenos: Samwell Tarly 
Por qué es bueno. Samwell Tarly es el único que trabaja en esta serie. Sus inquietudes intelectuales le han llevado a cultivarse y además ha sacado tiempo para enamorarse de Gilly, salvar su vida docenas de veces, convencer a Jon Snow de que no abandone la Guardia de la Noche, impulsarle al puesto de comandante, matar a un caminante blanco y enfrentarse a su padre racista. En una tierra en la que la fuerza bruta es mucho más valorada que la inteligencia, Sam está destinado a resultar una herramienta clave durante la reconquista final.


Por qué merece acabar bien. 
Porque ha sufrido los insultos, burlas y agresiones de todo el mundo con el que se ha cruzado (excepto Jon Snow y Gilly), y nunca se ha puesto de rodillas. A Sam le da igual lo que piensen de él, y sabe que cuanto más tonto le consideren, menos le verán venir como la implacable fuerza intelectual que es. No parece un héroe, pero lo es. Sin alardes ni discursos. La bondad de Samwell Tarly es de una pureza como no existe otra en 'Juego de tronos', y como tampoco existe en nuestro mundo real. Pero necesitamos creer que sí.

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