martes, 25 de febrero de 2014

Gregorio Belinchón / El silencio irónico de Lars von Trier

Lars von Trier

El silencio irónico de Lars von Trier

El danés muestra en su visita a Berlín una camiseta en la que se burla del festival de Cannes



JOERG CARSTENSEN (EFE)
La mañana del domingo en la Berlinale suele un momento de emociones fuertes. Y en esta 64ª edición dos acontecimientos muy potentes compartían horario. Por un lado, en el palacio de la Filarmónica, el hogar de esta orquesta berlinesa, se proyectaba la versión restaurada de El gabinete del doctor Caligari (1920), 75 gloriosos minutos de cine obra de Robert Wiene, uno de los primeros thrillers psicológicos de la historia y toda una lección de fotografía. Para la ocasión el músico John Zorn ha compuesto una nueva banda sonora, que él mismo ha interpretado con la orquesta Filarmónica de Berlín: de ahí el lugar elegido para la proyección.
Y a la misma hora se presentaba la versión extendida de Nymphomaniac Vol 1, de Lars von Trier, con 30 minutos más –en realidad, sencillamente las secuencias se alargan un poco más y los personajes se explican algo mejor- que la versión estrenada comercialmente. En la sesión de fotos –que no en la posterior rueda de prensa- estaba anunciada la presencia del danés: y sí, estaba. Llevaba una chaqueta que abrió para descubrir debajo su camiseta negra, en la que en dorado, y debajo de la Palma de Oro, el logotipo del festival de Cannes, el lema “Persona non grata”. El danés jamás deja escapar una ocasión para la publicidad y la ironía. Desde su metedura de pata en la rueda de prensa de presentación en la presentación en el certamen francés de Melancolía, su posterior expulsión y su silencio autoimpuestos seis meses más tarde, cada gesto de Von Trier es analizado con sumo cuidado.
En la rueda de prensa posterior a la proyección estaban presentes todos los actores, a excepción de Charlotte Gainsbourg: desde Stellan Skarsgård a Stacy Martin, pasando por Christian Slater, Uma Thurman –bellísima y muy expresiva- y Shia LaBeouf. Este último, que lleva un par de meses en un remolino de acusaciones de copia de un cortometraje, de también copiar su posterior disculpa y de sumirse en un extraño agujero de “no sé lo que hago, me retiro, en realidad es todo una pantomima porque estoy haciendo arte”, aprovechó la primera pregunta que le hicieron, sobre el sexo explícito del filme, en el que los protagonistas han sido doblados por actores porno, para afirmar: “Cuando las gaviotas vuelan sobre una lancha es porque piensan que caerán sardinas en el mar”. Se levantó y se fue. Por cierto, la cita tampoco es suya, sino del futbolista francés Eric Cantona. Las ruedas de prensa del mundo Von Trier son siempre enormes. El resto de su reparto apenas pudo llegar al nivel de LaBeouf hablando de lo sensible que el cineasta danés. Con espectáculos así, el estreno del debutante argentino Benjamin Naishat con Historia del miedo, a camino entreCanino y Gente en sitios, ha quedado completamente eclipsado.



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